Arturo Daniel, es un perrito negro con una mancha blanca en el pecho. Llegó a nuestras vidas por papá, él se lo regaló a mamá para que la cuide, y así fue.

Era un perrito pequeño de mirada tímida, a quien le hablaba como si fuera una persona… y poco a poco, se ganó el cariño de toda la familia.

Cuenta mamá, cuando tuvo problemas con el Bobo (corazón), sintió más el apego Arturo Daniel, a quien de cariño lo llamamos Tutti, parecía que la cuidaba y siempre la observaba, como queriéndole decir algo.

El martes 3 de marzo, mamá sacó a tutti para que la acompañe en ir de compras a solo 2 cuadras de la casa, cruzó la pista y dos vehículos pasaron por encima de él, sin dejarle aliento alguno, tendido en la pista.

No vi el rostro de mamá, solo escuché decir “fue atropellado el tutti”. Tras su llamado llegué al lugar, ella lo tenía en los brazos como a un hijo. ─¿se recuperará?, de rodillas me preguntaba… no pasó mucho tiempo para que Tutti muera en sus brazos, ella lo cargo ensangrentado y lo llevó a casa diciendo, mi perrito, mi perrito, está muerto.

Mamá no dejó de llorar, era el regalo de Papá, su acompañante, su protector, su amigo… Tutti era nuestro hermanito menor de la casa.

Gracias Tutti por tantas alegrías, que este post me ayude a recordarte siempre. 
(...)

Resumen del 3 de marzo 2015